En estos tiempos, el ser estudiante universitario a veces no puede ser un trabajo a tiempo completo porque, por hache o por be, uno puede llegar a tener otras obligaciones. Sobre todo porque, al contrario que en tiempos pasados y afortunadamente, ahora no hay edad para hacer una carrera universitario y superarse estudiando aquello que nos apasiona, ya sea que tengamos 20 o 50 años. Y eso es magnífico aunque, a ciertas edades, las responsabilidades de la vida pueden hacer que los estudios se conviertan en un hobby, y haya que sacrificar tiempo libre para realizarlos. Así que, no encontramos con dos opciones: ¿haremos nuestra carrera de forma presencial, viviendo a tope la etapa universitaria, o lo haremos desde nuestra casa, cuando tengamos tiempo y sin que sintamos la presión de horarios de clase y cosas similares?
Realmente, si me preguntan, creo que habría que considerar la edad a la que queramos estudiar una carrera. Yo creo firmemente que la gente joven debe ir a la universidad a tiempo completo, respetando horarios y presentándose a diario en clase; y no tanto porque sea su responsabilidad o porque, como suelen decir los mayores, «no tienen otro cosa que hacer más que estudiar». Me parece que la vida universitaria es toda una experiencia así, que debe ser vivida en la época correspondiente, o sea recién cumplida la mayoría de edad en la gran mayoría de países, y que es difícil recrear cuando pasan los años y nos hacemos mayores. Por supuesto, es muy lícito y muy válido estudiar una carrera cuando somos personas de edad madura; pero todo lo que rodea al fenómeno de la universidad, ya no se vive de la misma manera.
Porque, seamos sinceros: si hay algo de lo se disfruta en la etapa universitaria, y que después es ya más difícil, es del sexo libre y sin compromiso. Bien, no quiero decir con esto que la juventud no sea estudiosa y ni aplicada, y que vaya a la facultad sólo para tenerlo como una especie de barra libre para elegir con quién echar un polvo cada noche. Pero es un momento en el que se conoce a mucha gente, gente nueva y de diferentes edades, gente de otros lugares e incluso que hablan otras lenguas… El mundo se amplia y se abren nuevas oportunidades, y la sexualidad es una forma como otra cualquiera, incluso la mejor si me apuras, de socializar entre humanos. En ningún otro momento de tu vida encontrarás esa gran cantidad de jovencitas follando sin pudor ni interés en encontrar otra cosa que un rato de buen sexo; ni tal cantidad de chicos jóvenes perdiendo el culo por estar con ellas y poniendo todo su encanto e interés en ello. ¿Te sueno de algo todo esto?
Ya sé que todo esto es un tópico bastante conocido por ejemplo en el porno online, donde los videos xxx de universitarias cachondas que van por ahí follando a diestro y siniestro causan furor y nos dan la idea de que realmente las universidades están llenas de chicas listas para tener amantes cada noche y no pensar nada más que en el sexo salvaje; de hecho, no sólo es en la ficción, sino que el sexo en la universidad de Valencia ya pasó a ser noticia nacional, cuando se pilla a parejas haciendo el amor a escondidas en un aula de su facultad de noche, cuando el lugar está desierto. Una manera poco ortodoxa de hacerse famoso, pero… dicen por ahí que más vale que hablen de ti mal, que no hablen para nada, jeje.
Pero, como digo, es muy loable eso de querer estudiar y superarse sea a la edad que sea; así que, si uno ya tiene responsabilidades como el trabajo o la familia, los estudios a distancia son una opción perfecta, que funciona muy bien y que ya están disponibles en la mayoría de las facultades. Lo importante, por supuesto, es ponerle ganas, aunque no haya remedio al perdernos muchas de los placeres de la juventud universitaria.